sábado, 5 de octubre de 2013

Besos en la cara

¿Por qué nuestros perros buscan lamer nuestro rostro y muchas veces particularmente buscan la boca?


Lo primero que hay que mencionar es que los perros reconocen nuestro rostro, pero particularmente los ojos y la boca, quizá porque en los ojos podemos descifrar amenaza y si evitamos la boca seguramente evitaríamos ser devorados o lastimados.

Los perros tienen vestigios genéticos de sus ancestros los lobos. En una familia de lobos donde los padres salen a cazar, al volver a la ‘guarida’ los cachorros reciben a sus padres saludándolos y lamiendo sus hocicos. Esta conducta, además de ser un saludo, estimula a los padres a regurgitar alimento para sus crías. Los cachorros buscan atención y alimento de sus padres lamiendo sus hocicos.

¿Qué significa entonces cuando nuestros perros nos lamen el rostro? Definitivamente es un saludo, es un gesto de familia, un recibimiento y un “préstame atención”. Aunque nosotros no regurgitemos comida para ellos y no respondamos con alimento cuando nuestros perros “nos dan besos”, seguramente no les importaría que regurgitáramos para ellos un poco de pizza que acabamos de comer…

En lenguaje canino, lamer el hocico y la boca de otro individuo puede significar también una “señal de calma”. Con esta señal comunican que no son una amenaza, que todo está tranquilo y que están listos para jugar o interactuar si el otro así lo desea. Si estás regañando a tu perro o en una posición física que lo intimida, él puede intentar lamer tu rostro para calmarte y disipar la tensión.

Los perros también acostumbran lamer el rostro de su dueño, para estrechar el vínculo y demostrar afecto.

Nuestro rostro lleva consigo una cantidad enorme de aromas. Si tu perro quiere obtener más información sobre lo que comiste o dónde estuviste, lamer tu rostro le ayudará a descifrarlo.

Una razón adicional por la que esta conducta sucede y se repite, se debe al aprendizaje. En la relación personal y estrecha que tienes con tu perro, él puede haber aprendido que lamerte el rostro te provoca risa. Cuando te ríes, tu perro sabe que te sientes bien. Quizá ya lo has convertido en un juego “sin querer” y ahora tu perro sabe que cuando te lame el rostro tú te ríes y ambos se divierten ;)

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