domingo, 26 de enero de 2014

¿Macho o hembra?

Antes de que un perro entre en la familia se ha de conocer todo lo posible sobre su raza y valorar si su tamaño, su carácter y sus necesidades son los más idóneos para nuestro día a día. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otro aspecto: el sexo.

El macho, más bravo y más fuerte. La bravura y la fortaleza son rasgos que identifican, habitualmente, a los machos. Esto los hace ser más atrevidos por lo que si se busca un perro guardián, siempre que la raza cuente con esta condición entre sus características, será sencillo adiestrarle.

El celo de la hembra. Por otro lado, la hembra suele ser más familiar, y estar más unida a la casa y a sus dueños. Sin embargo, a menos que sea esterilizada, tendrá periodos de celo semestrales y, si no se quiere que se aparee, necesita una estrecha vigilancia para evitarlo. El celo conlleva otro inconveniente que puede resultar incómodo, y es que la perra, en este periodo, pierde sangre durante unos 14 días. Además, debido al característico sistema hormonal de la especie canina, los elevados niveles de progesterona tras el celo provocan en las perras síntomas similares a la gestación que pueden ser incómodos para el animal y para sus propietarios -los mal llamados 'embarazos psicológicos'-. 

Elección subjetiva. Teniendo en cuenta estos dos aspectos, la elección del sexo es una cuestión subjetiva. Si el nivel de actividad de la familia es bajo y el deseo tranquilidad y serenidad en la vivienda es igual al de tener una mascota… estos condicionantes pueden inclinar la balanza hacia una hembra. Estas también suelen estar más indicadas para convivir con personas de edad avanzada. En cambio, si se desea un compañero de juegos muy activo y voluntarioso siempre dispuesto a la acción lo más probable es que la decisión recaiga en la elección de un macho.

Ante todo, una decisión responsable. En cualquier caso, la decisión de aumentar la familia con un can conlleva la asunción de las consecuentes responsabilidades y, la primera de ellas, es que ha de permanecer a nuestro lado durante el tiempo que dure su vida. La esperanza media de vida de un perro es de unos 12 años.
En primer lugar, un perro necesita que le dediquemos parte de nuestro tiempo diario: necesita salir a pasear varias veces al día, momento en que aprovechará para hacer sus necesidades.

Necesita nuestros cuidados. También hay que tener en cuenta el espacio que podremos proporcionar a nuestra mascota, si la climatología es la idónea para la raza y, por supuesto, el espacio de que disponemos. El espacio que necesita un perro de tamaño grande como un Terranova no es el mismo que requiere un caniche. 

La información, por tanto, es la base para que la convivencia sea posible. La falta de conocimiento sobre las necesidades de un perro y la educación que requiere puede llegar a convertirse en causa de abandono. Elegir un animal por razones estéticas es una decisión poco acertada y también lo es no tener en cuenta las necesidades vitales del animal. Por ejemplo, un perro pastor o uno de caza necesitará hacer ejercicio y contar con estímulos mentales para que se mantenga activo y vital. Un Bichon maltés o un Bulldog francés, en cambio, se sentirá feliz solo con la compañía de su dueño.

Esta preciosidad es DANKA, una hembra de pastor alemán que está buscando hogar en SPAV, es una perra joven que fue encontrada en la calle junto a sus otros 3 hermanos. Dale una oportunidad a Danka, te necesita!



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